Tú y yo entre la tenue luz de las velas...


...comiéndonos con la mirada. Luego de venir de la calle ruidosa y la luz del día, tus ojos poco a poco se acostumbran a las sombras de mi habitación. Rompo el hielo con alguna de mis gracias y noto tu sonrisa. Sé lo que deseas, antes de venir hablamos un poco y me hablaste de lo que esperas de nuestra cita: Un masaje erótico, romántico. Mientras nos quitamos la ropa empezamos a acariciarnos antes de ir a la ducha, (allí hay mayor claridad, por si deseas verme al detalle). La iluminación de mi suite es suave, entre velas y luz indirecta. En mi territorio estarás a salvo del stress y estarás totalmente entregado al placer que te daré.